jueves, 30 de diciembre de 2010

TRON LEGACY

Nunca me sentí atraído por los trailers e imagenes de la película original, y por lo tanto nunca la vi, así que no puedo comparar esta "tardía" secuela con su predecesora. De hecho mi intención no era verla, pero debido a los buenos comentarios de varios amigos a los que respeto por sus gustos cinematográficos cambie de opinión.
Bien pues, lo primero de todo una pregunta sin respuesta, ¿por que todo el mundo quiere hacer La guerra de las galaxias, si no van a superar la original?, yo quiero pensar que se trata más de homenajes de los nuevos realizadores a esta obra cumbre del fantástico cinematográfico, pero es que en esta ocasión las referencias a la cinta original de Lucas (la de 1977), son innumerables, desde personajes hasta secuencias enteras, pasando incluso por algún que otro dialogo.
No obstante, esto no es malo, los fans de la saga galáctica nos "divertimos" con estros detalles y los que no lo sean (¡¿Hay alguien?!), les dará lógicamente igual. Dicho esto, Tron Legacy (en su versión 3D) es un espectáculo ¡fascinante!, al menos visualmente, los diseños del mundo virtual son ¡Impactantes! y realmente logran introducirnos en un mundo nuevo, diferente e increíblemente creíble, las secuencias de acción son trepidantes y muy bien rodadas y montadas, y la música electrónica acompaña perfectamente a las imagenes que vemos.
Pero, el "problema" (por llamarlo de alguna manera), es que fuera de eso, la película "cojea" bastante, pues una vez "acostumbrados" al impacto visual, el metraje puede resultar excesivo, sobre todo en los momentos de tranquilidad entre pelea y pelea, con unas conversaciones algo tediosas pues nos tratan de explicar algo que resulta bastante confuso la verdad. ¿Por que no se limitan en este tipo de historias a relatar la lucha entre le bien y el mal de toda la vida, y se dejan de intentar crear universos densos, profundos y metafisicos, que ni ellos mismos entienden?
Por otro lado, el 3d una vez más no es el mismo de Avatar, y por lo tanto de menor calidad, por lo que el efecto realmente solo resulta espectacular por momentos y en otros carece de relevancia.
También me resulto insufrible el personaje principal, que suponiendose que tiene 27 años, habla y se comporta como si tuviese ¡15!
Más a pesar de esto, he de reconocer que me ha gustado más de lo que me esperaba, y que por su impacto visual, creo que vale la pena ir al cine a verla, eso si, te esperas al día del espectador y te sale bastante más barato.
Lo mejor sin duda, ¡lo bien que le queda el traje cibernético a la bellisima Olivia Wilde!

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