AMIGOS EN LA NOCHE

A pesar de los numerosos e increíbles avances en los medios de comunicación que han ido apareciendo a lo largo de las últimas décadas, La "vieja" y entrañable radio de toda la vida, sigue teniendo ese algo especial que la hace más próxima y "calurosa" para sus fieles oyentes. Y es que realmente la radio es el único medio de comunicación capaz de hacernos realmente compañía.

Y la compañía es algo que en ocasiones puede ser muy importante.

Por eso, en este punto, quiero hablaros de un par de grandes amigos que me hacen una impagable compañía en mis largas noches de curro.

Se trata de un par de locutores de un programa de Europa fm llamado La noche es nuestra, que se emite en directo de domingo a jueves y de una a cuatro de la madrugada.

Ella, la "jefa", es Julie Thomasoro, con una voz tan preciosa como sugerente, derrocha simpatía en cada una de sus frases, aunque se trate tan sólo de presentar una canción. (Además como podéis ver en la foto que tubieron el gusto de dedicarme, el físico también hace juego)

El, "El Patillas", J.F. León, un "cachondo" mental. Bajo su aspecto de rocker motero tipo Angeles del infierno, se esconde un pedazo de pan con un corazón de oro con un don para la ironía, y poseedor de unos conocimientos musicales que quitan el hipo.

Juntos forman una pareja "artística", de esas que desprenden una química que traspasa las ondas y que se extiende hasta sus oyentes, a los cuales han bautizado cariñosamente como "vampirillos", y entre los cuales tengo el honor de encontrarme.

Y he aquí, otro de los extraordinarios logros de esta pareja. Pues han conseguido que entre nosotros los vampirillos, haya nacido una amistad que nos une todas las noches, aún encontrandonos a mucha distancia unos de otros, y es que gracias a los mensajes o Emails que enviamos a lo largo del programa, sentimos que no estamos sólos en la noche.

Por eso, desde aquí quiero mostrar mi más sincero agradecimiento a Julie y J.F., porque se nota que cuando acuden cada noche a la radio, no van simplemente a trabajar, sino a pasar un rato con sus amiguetes los vampirillos, entre los cuales me incluyo con mucho orgullo.