Como aquellas, se trata de una cinta de presupuesto moderado, no es que este hecha con cuatro duros, pero tampoco se puede decir que sea una superproducción. Pero en la que todos los elementos están lo suficientemente bien, (fotografía, vestuario, música, montaje, etc) como para que resulte un más que digno entretenimiento. Eso si, en esta ocasión, quizá se le pueda achacar un exceso innecesario en su metraje, 121 minutos, dado que al centrarse la acción en el asedio a una torre protegida por el templario protagonista y sus amigos, resulta algo repetitiva, pero sin llegar a aburrir en ningún momento.
El elenco protagonista es impecable, desde un duro y fiero James Purefoy, hasta un magnifico villano interpretado por el siempre excelente Paul Giamatti, arropados por unos secundarios muy correctos en los que destacan Brian Cox y Derck Jacobbi.
Como punto negativo, el ya habitual montaje frenético y precipitado que no deja ver a penas lo que esta sucediendo en medio de las, por otro lado, brutales batallas.
En definitiva un correcto film de aventuras, que si vas a ver no te arrrepentiras, pero si no vas tampoco.
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