LOS MERCENARIOS

¡¡¡QUE CAÑA!!!
Bueno, esta expresión me venia a la mente mientras estaba viendo esta película, una frase de los 80 (no se si todavía estará en vigor entre la juventud actual), para un film de los 80.
Y es que eso es lo que es esta producción, un claro homenaje al cine de acción que reinó en aquella época, escrita, interpretada y dirigida por el que fue su máximo representante, Sylvester Stallone. Por eso me es ¡totalmente imposible! ser objetivo en este comentario. Con toda seguridad los críticos más sesudos y expertos la pondrán a parir, y probablemente tengan razón. ¡Pero yo me lo he pasado bomba! (nunca mejor dicho), por que la cinta ofrece todo aquello que se espera de ella, un grupo de tíos superduros, sin fisuras emocionales, que se dedican a repartir leña en todas sus variantes posibles, hostias, tiros, persecuciones, explosiones, etc, etc.
El argumento es el de siempre, un grupo de mercenarios es contratado para liberar un país sudamericano del dictador que lo oprime con crueldad y sadismo, pero lo que empieza como un "negocio" más, se acaba convirtiendo en un asunto personal para estos soldados de fortuna. Pero lo realmente importante, es lo bien rodadas y montadas que están las numerosas escenas de acción, espectaculares y trepidantes, así como algo esencial en este tipo de producciones, la química entre los miembros del equipo protagonista, y e aquí otra muestra más de la innegable inteligencia de Stallone, que a pesar de encontrarse en una increíble forma física a su edad, sabe rodearse de otros famosos actores de acción, algunos actuales (Stathman o Li) o de su misma época (Lundgren o Rourke), con los que se establece esta necesaria buena química que mencionaba, sobre todo con Jason Stathman, con el que comparte más metraje y diálogos muy divertidos y con el que podría formar una pareja genial en alguna futura peli de colegas.
A destacar en un momento que resulta antológico para todos aquellos que crecimos con aquel cine, se trata de la reunión (en un pequeñisimo cameo) de Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger y el propio Stallone en una secuencia con un "brillante" dialogo lleno de chistes e indirectas entre ellos.
Por ponerle alguna pega, diría que en ocasiones Sylvester, "abusa" de la violencia demasiado brutal y exagerada (como ya pasó con John Rambo), debería recordar que en cintas como Acorralado, su secuela Rambo o Cobra, la acción era igual de intensa y espectacular sin necesidad de partir a los enemigos por la mitad disparándoles balas que parecen misiles.
Pero en fin, lo dicho, recomendable para aquellos que crecieron y disfrutaron con el cine de acción de los 80, o para los jóvenes a los que les encantan estas pelis, en DVD o cuando las pasan por la tele.