NOCHE DE MIEDO (2011)

  Noche de miedo (años 80) es una de esas películas que a mi me gusta llamar "generacionales", films que sin ser gran cosa en lo que respecta a presupuesto o calidad se convierten en iconos de su generación, pero que lógicamente no significan gran cosa para el resto de generaciones, anteriores o posteriores. Es por ello que opino que hacer un remake de ellas es siempre algo, desde el punto de vista financiero, bastante arriesgado, porque para los fans de la primera siempre será inferior y para los que no conozcan aquella puede resultar poca cosa dentro de los cánones actuales. Al fin y al cabo, le retratar vampiros que viviesen en la actualidad completamente adaptados a nosotros como un vecino más, era algo relativamente "nuevo" en los 80, de ahí el tremendo éxito de films como este o la otra gran cinta generacional vampirica de los 80, Jóvenes Ocultos, pero que hoy en día esta más que sobado, más después del apabullante éxito de la serie Crepúsculo.
  Por otro lado, un buen remake es aquel que aporta una mirada "diferente" sobre un mismo tema, pero limitarse a repetir casi plano a plano todo lo visto en el film original, cambiando un personaje aquí o una situación allá, no es realmente rehacer una película, sino más bien "copiar" directamente. Por desgracia Noche de miedo versión 2011 esta más cerca de la primera acepción que de la segunda, por lo cual los que ya conocemos el original la vemos con cierta indiferencia (eso si no me ha aburrido en absoluto) y a los jóvenes que no conozcan a su antecesora les puede divertir pero no atraer en masa como lo hacen las que si pertenecen a su propia generación, con lo cual lo fácil es que el film se quede en terreno de nadie y acabe pasando sin pena ni gloria.
  Pero bueno, independientemente de todo esto, la película esta bien en todos los apartados, desde los FX (nada del otro mundo pero correctos), pasando por la dirección, ágil y fluida, y terminando por un reparto eficaz, en el que Collin Farrel se lo pasa pipa interpretando a un vampiro guaperas, chuleta y vacilón, que sin duda no le valdrá un Oscar pero que seguro le ha supuesto un suculento cheque.